Todas las películas de Christopher Nolan, ordenadas de peor a mejor

Desde su debut, 'Following', hasta 'Dunkerque', Nolan ha construido una de las filmografías que mejor combinan autoría y afán por llegar a un público masivo. Aquí la repasamos.

No hay ningún director contemporáneo que genere tanta división y debate. Christopher Nolan es un visionario megalómano y contradictorio. Critica a las plataformas de streaming como Netflix y defiende hasta las últimas consecuencias el rodaje en celuloide, pero también abraza la tecnología para llegar a donde nadie se ha atrevido a soñar y siempre quiere ofrecer algo único al espectador que le haga abandonar la comodidad de su salón y pisar de nuevo una sala de cine. Nolan nunca resulta indiferente. Sus películas, mucho menos.

10. EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE

El problema de elevar a los genios es que después es muy difícil bajarlos del pedestal. Los abrumadores éxitos de El caballero oscuro y Origen le dieron a Christopher Nolan una libertad creativa (merecida) que se volvió en su contra. Aunque la despedida de Batman tiene problemas de ejecución (la escena de la muerte del gran villano ya es parte de la galería de momentos más bochornosos del cine contemporáneo) , la mayoría de defectos de La leyenda renace estaban en un guion que no sabe resolver los conflictos planteados en los anteriores capítulos de la franquicia. El hastío que persigue a Bruce Wayne se contagia al espectador. Las ideas políticas que presenta el relato se quedan a medio gas. La filosofía deja de funcionar. Los agujeros de guion y decisiones vagas lastran la aventura: los vaivenes físicos del protagonista, la decisión de las autoridades de mandar a toda la policía a las alcantarillas, el precipitado romance entre Wayne y el personaje de Marion Cotillard, el jamás explicado regreso in extremis de Batman a Gotham…

Hay buenos personajes (la Catwoman de Anne Hathaway rompe con el nihilismo que caracteriza a la trilogía y Bane es un villano temible hasta que es desprovisto de su poder) , subtramas con muchas posibilidades abiertas (la revelación final, tan previsible como emocionante, del personaje que interpreta Joseph Gordon-Levitt) y ** más ambición e ideas que en el 90% de películas de superhéroes, pero la sensación que la película deja una vez se desaparecen los fuegos artificiales es de frustración.** Seguir los pasos de El caballero oscuro era una asignatura imposible. La leyenda renace no es una película terrible, pero sí profundamente decepcionante y fallida.

9. FOLLOWING

La ópera prima de Nolan es una sorprendente carta de presentación para alguien que acabaría rescatando a Batman del olvido y firmando los blockbusters más originales del siglo XXI. Con apenas 5.000 dólares de presupuesto, el director abrazó su vertiente más experimental en este thriller sobre un escritor que sigue a desconocidos por la calle en busca de inspiración y que, sin poder evitarlo, se verá atrapado en un mundo criminal que le queda grande. Rodada en 4/3, blanco y negro, 16 mm y con un metraje que no alcanza los 70 minutos, Following es interesante ejercicio de ensayo-error en el que ya aparecen los temas (la obsesión, el desafío intelectual entre dos hombres, la definición del personaje a través de su trabajo) y el estilo (narración no lineal, búsqueda de un final sorprendente, ambientación asfixiante) que marcan el resto de la obra del cineasta.

El festival de Sundance la rechazó para su programación, quizás por sus humildes aspiraciones (toda una rareza en la filmografía de Nolan) y porque el relato, que se eleva gracias a la brillante construcción de sus dos protagonistas y la peligrosa relación que se establece entre ellos, tarda demasiado en revelar cuáles son en realidad las cartas con las que está jugando. Durante el tercer acto de la historia se precipitan los acontecimientos y los giros argumentales se suceden sin que el espectador tenga oportunidad de asumirlos y disfrutarlos. La acumulación de sorpresas acaba anulando su efecto. Following es la única película de Nolan que dura menos de lo que debería y una introducción a su cine más satisfactoria por lo que promete por lo que acaba dando a la audiencia.

8. INSOMNIO

La tercera película de Nolan es la adaptación hollywoodiense de un thriller noruego de 1997 en el que un policía investiga un asesinato en el Círculo Polar Ártico, que se convierte en Alaska en el único remake en la filmografía del director. Insomnio también es su único proyecto en el que no ha estado acreditado como guionista (la autora del guion es Hillary Seitz, aunque el director escribió una última versión antes de empezar a rodar) . Aunque sobre el papel es la menos personal de sus películas, su personaje protagonista (Al Pacino en uno de sus últimos personajes protagonistas a la altura de su leyenda) encaja a la perfección dentro del universo moralista y obsesivo que ha creado Nolan con sus películas.

La mayor debilidad de Nolan aquí son sus evidentes deudas a obras como El silencio de los corderos y Twin Peaks. En la película, el estilo (los escenarios de Alaska y su desasosegante luz resultan abrumadores) está por encima de un interesante dilema moral y un misterio que se queda a medio gas a pesar de regalar un eléctrico duelo entre Pacino y un inquietante Robin Williams en el primer papel como villano de su carrera. Insomnio es el perfecto ejemplo de esas películas adultas y presupuestos medios que tratan a los espectadores como personas inteligentes y que la industria ya no hace.

7. BATMAN BEGINS

La papeleta que tenía Christopher Nolan con Batman Begins no era precisamente sencilla. La imagen del superhéroe para el público medio había sido destruida tras el estreno de Batman & Robin, la película que estuvo a punto de acabar para siempre con el cine de superhéroes . La primera entrega de la trilogía de El caballero oscuro trajo la intensidad y la solemnidad al género gracias a la humanizadora construcción de un Bruce Wayne traumatizado por la muerte sus padres y tan consumido por la sensación de que debe devolver a Gotham a la luz que ** debería haberse convertido en el primer superhéroe que va al psicólogo.** Nolan consiguió que el universo que habita el hombre murciélago resultara verosímil y realista, situando su versión en las antípodas del estilo gótico de Tim Burton y el kitsch de Joel Schumacher en sus respectivas aproximaciones al personaje de DC Comics.

El director se sobrepuso al desafío de dar el salto al cine de alto presupuesto, al problemático clímax en el tren (los aires megalómanos del villano que interpreta Liam Neeson se alejan del tono impuesto durante la primera hora y media de película) y a lo mal rodadas que están las secuencias en las que Batman se pelea, para desesperación de un espectador que no ve nada ante tanta oscuridad y corte rápido. A pesar de que Batman Begins funciona mejor en su vertiente dramática que cuando se sumerge en el cine de acción, es una notable historia de origen de un superhéroe.

6. EL TRUCO FINAL (EL PRESTIGIO)

Dos magos se enfrentan en una feroz competición por ser el mejor mago del Londres de finales del siglo XIX. En una fiel (y muy meta) representación de sus respectivas carreras cinematográficas, Christian Bale es el ilusionista más sacrificado y talentoso, mientras que Hugh Jackman es el que tiene más carisma y un sentido del espectáculo más desarrollado. _El truco final (El prestigio) _ es una adaptación de la novela de Christopher Priest, pero parece surgida de directamente de la mente de Nolan. Sus protagonistas son dos hombres blancos y heterosexuales con una vida que gira alrededor de su trabajo, su ego y todos los sacrificios que tienen que hacer para poder ser los mejores. Las mujeres, en una lamentable costumbre de su filmografía, son complementos funcionales cuyo valor e importancia en la historia reside únicamente en el efecto que causan en los hombres a los que entregan su vida.

Apoyado en un diseño de producción y una dirección de fotografía arrebatadores, Nolan se convierte en uno de sus ilusionistas para atrapar a la audiencia en su red de pistas, engaños y trucos. Lo que llama más la atención de El truco final es que, por primera vez en su carrera, el director huye de la fría intelectualidad que tradicionalmente había acompañado a sus películas y se apoya en las interpretaciones de su estupenda pareja protagonista. La única película de época de Nolan es también uno de sus trabajos menos pretenciosos. Puede que sea por eso que la película triunfe en cada uno de los frentes que se propone: entretener, sorprender y emocionar al espectado r. Incluso cuando el precio a pagar es que el guion se permita jugar con pequeñas trampas y concesiones que no estaban sobre la mesa (el salto a la ciencia ficción) .

5. ORIGEN

Hollywood está pasando por un momento complicado. Los grandes estudios están controlados por grandes corporaciones que tienen que dar la cara ante sus accionistas. Las apuestas arriesgadas dejan paso a secuelas, universos cinematográficos y adaptaciones de materiales de probado éxito. Pero incluso en la más conservadora de las industrias hay excepciones y anomalías. Christopher Nolan es una de ellas, y Origen es su mejor ejemplo. Entre la segunda y tercera entrega de la trilogía de El caballero oscuro el director obligó a Warner Bros. a financiarle la mayor locura de su carrera, un thriller futurista 100% original con un presupuesto superior a los 160 millones de dólares (Memento costó 20 veces menos) .

Origen es excesivamente larga (como casi todas las películas del director) , reiterativa (el personaje de Ellen Page solo existe para explicar una y otra vez el funcionamiento de los sueños al resto de los personajes y, por ende, a los espectadores más despistados) , su subtrama romántica es irritante (Christopher Nolan y Marion Cotillard deberían aparcar sus colaboraciones hasta nueva orden) y es sorprendentemente poco imaginativa desde un punto de vista onírico y visual (la mayoría de sueños parecen sacados de la saga Bond) . Sin embargo, su existencia y valentía es un absoluto milagro. A partir de un concepto cautivador, Nolan ofrece una experiencia trepidante y llena de sorpresas que nos recuerda por qué vamos a las salas de cine. Es por películas como Origen que el gran público considera como un evento cada uno de sus estrenos. El director no tiene miedo a meterse en el fango para darnos historias que nadie más se atrevería a firmar.

4. INTERSTELLAR

“Antes mirábamos hacia arriba soñando con qué lugar ocuparíamos entre las estrellas. Ahora miramos hacia abajo, angustiándonos con qué lugar ocuparemos entre el polvo". La frase sale de la boca de Cooper, el ingeniero que interpreta Matthew McConaughey, pero no resulta difícil imaginarse al propio Christopher Nolan reflexionando sobre el estado del cine. Si Hollywood no quiere salirse del camino preestablecido, Nolan busca ser trascendente y hacer cosas que nunca nadie ha hecho antes (o al menos de una forma completa inédita) . Interstellar es la película de su filmografía que mejor representa las razones por las que se ama y desprecia su cine. Lo que hace el cineasta es tan pretencioso como necesario. Tan irregular como abrumador. Las contradicciones viven dentro de una película que consigue encontrar su alma a través de la ciencia.

Durante años se criticó al director por ser frío, racional e intelectualoide. Con Interstellar rompió todos los esquemas previstos (los suyos como autor y los nuestros como público con expectativas y prejuicios) y se atrevió a convertir una película sobre ciencia, supervivencia y el espacio en un discurso sobre lo qué es el amor y la importancia que tiene en nuestras vidas. En el mejor de los casos es cuestionable, en el peor es insultante. Sin embargo, el giro emocional de la película más valiente de Nolan es tan efectivo que uno solo puede dejarse arrastrar por la marea de sentimientos y emociones que acaba dejando cada escena de esa relación entre una hija que se siente abandonada y una padre que se debate entre la culpa por haber dejado atrás a sus hijos y sus deseos de hacer algo relevante. La apuesta de Nolan es caprichosa y osada, pero el espectador que se deje llevar con ella encontrará una de las películas más estimulantemente imperfectas del cine reciente.

3. MEMENTO

Si Following había sido una sugerente puesta de largo para Christopher Nolan, Memento fue la evidencia de que el inglés no quería ser uno más de la manada. La audacia de los hermanos Nolan (Jonathan es el autor de la idea original, Christopher escribió posteriormente el guion) nos dio la primera y, hasta ahora, última película de la historia del cine contada en orden inverso. Lo primero que vio el espectador fue su final. ** A partir de ahí, asiste absorto a un juego mental que no permite apartar la mirada de la pantalla.** Nolan exige atención y obliga al espectador a desarrollar sus propias teorías, a tirar por tierra todo lo que cree, a preguntarse qué es verdad y qué no lo es.

Memento es uno de esos casos en los que el estilo y el artificio se ponen al servicio de lo que el autor te quiere contar, no al revés. Es un experimento exigente y gratificante. Confuso y audaz. Difícil de ver y al mismo tiempo fascinante. Quince años después de estreno sigue siendo moderna. Su director es uno de los autores más imitados e influyentes de su generación, pero nadie se ha atrevido a seguirle los pasos con su trabajo más original. No hay películas como Memento.

2. DUNKERQUE

Dunkerque es la Gravity de Christopher Nolan: un hito técnico impresionante en el que prima la gestión del suspense y de la tensión en un fondo bélico tan calculado como espectacular. Los intrincados sueños de Origen o la sorprendente línea narrativa de Memento tienen su esperada réplica aquí. Nolan retrata tres escenarios diferentes, los que definen las guerras modernas (tierra, mar y aire) , y los reparte en horquillas que se dilatan en tiempos diferentes. La espera en la playa dura una semana. El rescate desde el mar, 24 horas. La lucha en el aire, 60 minutos.

Pero lo que convierte al filme en un portento no es la estructura en sí misma, sino cómo está al servicio de la representación histórica de Dunkerque sin que sufran el ritmo, el nervio o la capacidad de sorpresa. Y sin miedo a puntos de vista cambiantes que tergiversen el orden cronológico que le supondríamos a una película que reconstruye un evento de estas características.

Ese juego de espejos le permite a Nolan manejar la narración a su antojo sin perjudicar a la efectividad del suspense o del dramatismo bélico que retrata. Y es tan listo Nolan en su manejo de la narrativa que ni siquiera se sirve de diálogos o desarrollo de personajes para situar emocionalmente a los espectadores. Los rostros de los protagonistas y el bagaje cultural e histórico que traen los espectadores de casa se complementan para que llegado el epílogo, en otro de esos superépicos finales de Nolan, todo cobre su debida resonancia. Y vaya si lo hace.

1. EL CABALLERO OSCURO

Según los usuarios de iMDB, la segunda película del director con Batman como protagonista es la cuarta mejor película de la historia. Lo que no presenta ningún debate es que El caballero oscuro es el proyecto que cambió para siempre el lugar de Christopher Nolan ante la industria, la prensa y, sobre todo, el gran público. Muchos justificaron su devoción ante ella diciendo que “no parecía una película de superhéroes”, en un prejuicio disfrazado de halago que aún hoy se escucha.

El caballero oscuro es una tragedia griega en la que las escenas de acción (el director por fin aprendió a rodarlas, como evidencian el atraco que abre el filme o la persecución entre Joker y Batman) son relevantes, pero no tanto como los conflictos morales que persiguen a sus protagonistas. El villano que convirtió en un mito a Heath Ledger es una de las mejores herramientas de distracción en la historia del cine. Cada una de sus escenas es memorable gracias al brillante diseño del personaje, a la radical inmersión del actor australiano y a una inspirada elección de casting que, curiosamente, hace diez años provocó la furia de cinéfilos y fans. Joker es un desencadenante de todo lo que pasa, pero es un personaje sin evolución ni más ambiciones que provocar el caos. La fuerza el relato descansa en el dicotomía sobre la lucha entre el bien y el mal y la moralidad que representan los personajes de Harvey Dent y Batman. Nolan sigue los pasos de las hermanas Wachowski en Matrix y no teme utilizar la filosofía en una película de masas. “Puedes morir como un héroe o vivir lo suficiente para acabar convertido en un villano”, se aventura un premonitorio Dent en un brillante diálogo que, al igual que el comisario Gordon al final de la película (“Un héroe. Quizá no el héroe que nos merecíamos, pero si el que necesitábamos”) , resume el conflicto del relato.

Otro de los motivos por los que la cinta pasará a la historia es que, extraoficialmente, su ausencia en la categoría de mejor película de los Oscar de 2008 fue el motivo por el que la Academia de Cine de Hollywood decidió ampliar el número de nominados con la esperanza de que los conservadores votantes se abrieran a otro tipo de propuestas. El caballero oscuro recibió 8 nominaciones, pero se quedó fuera de las disciplinas más importantes a pesar de haber enamorado a la crítica y tener mejor críticas que cualquiera de las nominadas. ** Con o sin premios, pocas películas del siglo XXI pueden competir en relevancia, disertaciones o influencias con la, mal que le pese algunos, película de superhéroes.**